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Relato escrito

Foto del escritor: Flavia VigilFlavia Vigil

Actualizado: 2 dic 2022

Informe, y pequeña crónica inscrita acerca de todo lo que debes saber de la religión yoruba

Yorubas en América. Fuente/Foto: Linda Okejis Blog



Yoruba: una religión ancestral entre nosotros

Por José Vilchez y Flavia Vigil


El Perú es conocido por la influencia mixta que otros países han tenido en su desarrollo. Estas fusiones abarcan ámbitos que van desde la cultura, hasta la gastronomía. Sin embargo, existen también una variedad de religiones que coexisten con el catolicismo en nuestro país. Una de estas es la religión Yoruba, proveniente de África y con una fuerte presencia en países como Venezuela, México y Cuba. A pesar de no contar con tantos seguidores en Perú como en otros países, existen practicantes Yorubas realizando rituales y ceremonias en la capital.

Historia de las deidades yorubas. Foto: EcuRed


ORIGEN


Desde un reino lejano ubicado en África Occidental (lo que hoy es Nigeria), se estableció el pueblo yoruba. Oduduwa, un guerrero africano, fundó la sociedad yoruba con instituciones y organizaciones. Dividió la civilización en dieciséis reinos, Ekitis, Owo, Ondo, Oyo, entre otros. Su capital era Ilé-Ifé, la ciudad en dónde se creó el mundo para los yorubas, en dónde el amanecer del día se vió por primera vez, la casa de los dioses y los espíritus. Esta ciudad es conocida por sus obras de arte, pues es el hogar de las más de cuatrocientas deidades yorubas. Los yorubas creen que la religión es una relación entre el cielo y la tierra, cada acción terrenal debe ser aprobada por el cielo. El cielo delibera y el pueblo yoruba obedece. En este caso, Olodumare es el dios supremo, Olofi es su hijo y encarga a los Orishas, los dioses intermedios, la misión de vigilar a los humanos y dirigirse a ellos.


Casi 200 años después del nacimiento del pueblo Yoruba, personas provenientes de África son llevadas a América como esclavos. Ellos continuaron practicando la religión Yoruba. Poco a poco la religión fue conocida dentro del continente americano. Sin embargo, este hecho fue percibido por los colonizadores que trasladaron a los yorubas. Muchos de ellos, se llevaron un gran susto ante lo desconocido y quisieron censurar esta novedosa religión porque querían imponer la católica.


ROLES/JERARQUÍA YORUBA


Debido a sus orígenes africanos, principalmente de regiones como Nigeria y El Congo, la terminología Yoruba que se maneja en los países donde se práctica más comúnmente, como Cuba y México, mantienen los nombres de sus jerarquías, ceremonias y deidades en su lenguaje original, el Yoruba.


En lo que respecta a los practicantes de la religión, existe una jerarquía. Cada posición tiene distintos conocimientos, roles, responsabilidades. Mientras más alta sea una posición, mayores conocimientos se requieren sobre la religión. Una de las posiciones más importantes es el Babalawo. Ellos actúan como guías espirituales para sus comunidades y son seleccionados por una deidad para ascender a esta posición y otorgarles dones de curación y adivinación. Los Babalawos son asistidos por sus Apetebí de Orunmila. Ellas no son sólo las esposas de los líderes espirituales, sino también de la deidad Orula, uno de los dioses Yorubas más importantes. Las apetebís asisten a los santos y babalawos durante las ceremonias importantes ya que ellas también han sido bendecidas con santos y poderes para caminar por el camino que le han asignado los dioses. Para los Yorubas, un acto importante a lograr es la consagración por parte de sus deidades, por lo tanto, otra de las posiciones más altas son los oluwos, los cuales tienen experiencia en interacción y consagración con múltiples deidades Yorubas. Los oriates y elekes son los responsables de supervisar la correcta celebración de las ceremonias e iniciar a los interesados en practicar la religión, también conocidos como aleyos, respectivamente.


Dioses yorubas. Foto: Ileakuaro


DEIDADES


Las deidades yorubas interactúan constantemente con los practicantes de su religión. Estas otorgan poderes como la curación, adivinación y protección a los líderes espirituales y a quienes estos bendicen. Existen cuatrocientas y un deidades Yorubas y se les conoce dentro de la religión como Orishas y Oshas. Doscientos de estas se encargan de brindar felicidad y estabilidad a sus adoradores. En contraste, otros doscientos son entidades que afectan negativamente a las personas. El Orisha restante se conoce como Olodumare y es considerado el dios universal Yoruba.



Infografía de los dioses yorubas. Fuente: Sobre la mesa


RITUAL DE INICIACIÓN


Para ser yoruba, no basta sólo con decirlo. Las personas que desean convertirse a esta religión deben participar de un ritual de iniciación. Mariana Urbina es una creyente reciente, que quiso compartir con nuestro medio lo que vivió al convertirse en una hija de Obbatalá.


Mariana Urbina es una creyente yoruba que vive en Lima, su madre la introdujo en la religión en el año 2020. Ella tenía que participar en un ritual de iniciación para convertirse en yoruba. “Me sentía nerviosa porque no sabía de qué se trataba el ritual. Mi mamá me había contado un poco pero al llegar fue todo muy diferente”, comentó Urbina. “Llegué a la casa de la mamá del Babalawo, era por Chorrillos. Allí estaban otros dos Babalawos que vendrían a ser mis padrinos.” Ella decidió unirse a la religión yoruba a raíz de los muchos problemas de salud que padecía, a los cuales no encontraba solución. Vomitaba, sangraba y no comía. A pesar de haber visitado infinidad de doctores ninguno la curaba, decidió buscar otro camino. Su madre la introdujo en la religión y la llevó a la casa de la madre de su Babalawo para formar parte de los yorubas. Para desarrollar la ceremonia se necesitan dos santeras y tres babalawos. Las dos santeras de Mariana fueron la esposa y la madre de su babalawo, Alex, los otros dos babalawos eran venezolanos. El precio para consagrarse yoruba fue de mil soles, con los cuales compraron los animales y materiales necesarios para el ritual.


Mariana, neófita, no sabía lo que le esperaba en el ritual para adentrarse a la religión yoruba. Entró a un cuarto en el piso superior, en donde Mariana divisó a Orula, a los elewas, distintas copas e instrumentos que se compran con el dinero que ella pagó para la ceremonia. También Las moscas pululaban por el lugar y había rastros de sangre en el piso y las paredes, quizá por los sacrificios de animales hechos anteriormente en este sitio.

Sintió que le pusieron una especie de cáscara de huevo en la cabeza, le pusieron un velo, tenía que taparse el cabello pero no sabía por qué.

En otras ceremonias, como la consagración de santeros, el que se consagra debe raparse el cabello para cortar lo viejo y dejar crecer lo nuevo.


La iniciada, que podría conocerse como iyawó o iyabó en la religión, se sacó los zapatos a petición del babalawo a cargo del ritual. De repente, los cinco delegados yorubas comenzaron a hablar en esa lengua legendaria, Mariana no podía adivinar que es lo que recitaban. Seguidamente, uno de los babalawos cogió a una paloma de manera que el ala de esta quedaba extendida. Se la pasaron a Mariana por todo el cuerpo, de arriba hacia abajo, para sacar la mala energía de su ser. Luego realizaron más cantos en yoruba y pusieron a la paloma sobre el elegguá. El elegguá es una deidad yoruba representada en una piedra, Mariana adquirió la suya para adorarla y hacerle ofrendas. Decapitaron a la paloma y la sangre de su cuello caía goteando en el elegguá y en la copa. Hicieron más cantos y se fueron todos a un cuarto que estaba al lado detrás de una tela. Mariana suponía que había cosas que tendrían que hacer con sigilo. No podía ver qué había adentro, ese cuarto representaba la casa de Orula, el dios de la adivinación. Le pidieron a Mariana que se acerque y pida permiso para entrar, ella dijo: “Yo, Mariana Valeria Urbina Cururo pido permiso para entrar”. Luego pidió, “vengo a pedirle a Orula salud, protección, bienestar y felicidad”. Al entrar le dieron dos gallinas que debió coger del cogote y quedarse parada allí mientras los encargados yorubas cantaban. También decapitaron a estas gallinas y le echaron la sangre al eleggua. Después hicieron un ponche y le pidieron a Mariana que cierre los ojos. Este ponche tenía aguardiente, hierbas y sangre, Mariana no sabe sangre de qué animal era. Con los ojos cerrados le pidieron que saque la lengua, ella sintió un dedo con sangre o tal vez la tráquea de la gallina con sangre. Nos dijo que tenía una textura parecida a un tubo, pero sintió el sabor de la sangre.


Pasó un momento y le exhibieron un plato de madera con arena. Los babalawos comenzaron a hacer líneas y puntos con los dedos en la arena. De esta forma, descubrirían de quien era hija Mariana.

En la religión yoruba, tienes un padre santo, es decir, cada persona es hija de un santo y eso se descubre mediante el sistema de adivinación Ifa. Este sistema está certificado por la UNESCO como Patrimonio Cultural Inmaterial de la Humanidad. Ifa, no depende de una persona con “poderes proféticos”, sino de un conjunto de fórmulas que son interpretadas por los babalawos. Las interpretaciones divididas en versos se encuentran en el corpus literario de Ifa, llamados Odu. Estos están subdivididos en “ese” y estos están en constante aumento ya que siempre se hacen nuevas interpretaciones y formas de adivinación. Hay aproximadamente 256 Odu y más de 800 ese por Odu. El Ifa es consultado por los babalawos cuando se deben tomar decisiones importantes.


A Mariana le entregaron un hueso y una piedra, le pusieron una en cada mano. El hueso representaba el sí y la piedra que no. Le pedían que sacudiera sus manos mientras que un babalawo le preguntaba a Orula. “¿Mariana es hija de Yemayá? Le entregó la mano derecha y salió que no. ¿Mariana es hija de Obatalá? Entregó la mano derecha y salió que sí.

Obatalá es un orisha. Los orishas son guerreros ancestrales de la religión yoruba. Ellos equivalen a los santos en la religión católica, pues son personas que existieron y que son adoradas por los creyentes. Obatalá es el gobernante de todos los santos, representa lo superior y el gobierno. Está en lo alto de las montañas y tiene decisiones firmes. Se le invoca para evitar problemas con los otros orishas, es sabio y puro. Le desagrada lo sucio y las obscenidades. Sus hijos son generalmente nobles y de personalidad fuerte, necios y determinantes.

De acuerdo a eso, la ceremonia prosiguió con consejos de Orula hacia Mariana. Por ejemplo, le dijeron que no debía comer mariscos, coco ni chancho y que se alejara de su círculo tóxico. Sin embargo, Mariana nos cuenta que Orula recomienda, no manda. Los consejos de los santos yoruba son sugerencias para que puedas vivir mejor, pero eres libre de no seguir sus consejos sin ningún castigo o remordimiento. Luego, le hablaron sobre sus afectos, lloró al darse cuenta que de verdad el santo conocía lo que necesitaba para sanar.


Finalizó esta etapa de la ceremonia y le pusieron un collar y una pulsera bendecidos. Le entregaron su eleggua para que lo adore y terminó la ceremonia. Esta iniciación marcó el inicio de una vida más pacífica para Mariana. “Tuvo un costo, pero nada me costaba más que mi falta de salud y brillo antes de convertirme.” Mariana, hija de Obatalá, salió de la pequeña casa de Chorrillos bautizada y contenta, se sintió bendecida.


Elegguá de Mariana. Foto: Mariana Urbina/ vía Whatsapp

 
 
 

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